Teatro Gorakada ha traído al LAVA un regalo y una enseñanza. — Crítica en la tribuna de Valladolid

Teatro Gorakada ha traído al LAVA un regalo y una enseñanza.

Con una escenografía mínima, esencial,  vistosa y artesanal,  y una música compuesta por Fran Lasuen,  crean  un mundo  propio y  son capaces de instalar al público pre-adolescente de los  Colegios  Tierno Galván y  Vicente Aleixandre  que esta mañana toman la Sala Concha Velasco (LAVA) en otra realidad que les permite a esta hora de la mañana mirar el mundo de otra manera.

Teatro Gorakada ha traído al LAVA un regalo y una enseñanza.  Cuánta verdad y cuánto talento tiene la actriz  Sandra Fernández Agirre. Con una escenografía mínima, esencial,  vistosa y artesanal,  y una música compuesta por Fran Lasuen,  crean  un mundo  propio y  son capaces de instalar al público pre-adolescente de los  Colegios  Tierno Galván y  Vicente Aleixandre  que esta mañana toman la Sala Concha Velasco (LAVA) en otra realidad que les permite a esta hora de la mañana mirar el mundo de otra manera.

El teatro que me gusta es el que es capaz de instalarte en una realidad con efectos retroactivos. A los tres minutos,  con  Teatro Gorakada,  ya tienes la sensación de que conoces a los personajes desde hace mucho tiempo y  vas de la mano, acompañándoles, y siguiendo todas sus peripecias durante toda la representación.

El hombre que plantaba árboles de Jean Giono cuenta la historia de un pastor que se empeña en vivir de acuerdo con la naturaleza, no soliviantarla y planta semillas y crecen árboles y aquello con el tiempo se convierte en un lugar habitable a pesar de las guerras y el empeño de los humanos  en fustigar el territorio donde viven y vivirán sus descendientes. Pero la naturaleza está por encima del hombre… y brota otra y otra vez y otras cien veces si hace falta.

El ser vivo más grande de este planeta es una planta, una secuoya. Las plantas ya sean grandes como las secuoyas o microscópicas son la base de toda la vida incluida la nuestra. Dependemos de ellas, para cada  bocado de comida o para cada bocanada de aire que respiramos. No todos somos iguales de responsables en la contaminación del planeta: el 10% más rico es responsable del 50º de las emisiones globales.

Somos lo que aprendemos. El hombre que plantaba árboles permite contar un historia  durante una hora y tiene la capacidad visual de llevarte a otro sitio y de vivir una experiencia. El escenario del  LAVA es el lugar idóneo para examinar el mundo de manera crítica y para imaginar utopías. Porque el teatro que hace Gorakada educa la mirada y el pensamiento, es un proceso lento pero estos estudiantes de 5º y 6º primaria que miran ensimismados a los intérpretes son la generación  capaz de cambiar   el mundo, seguro.

El teatro te hace sentir y ensancha la realidad. Se puede conocer el mundo a través del teatro. No se pierdan El hombre que plantaba árboles.

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